«El odio despierta rencillas; Pero el amor cubrirá todas las faltas.»

Proverbios 10:12

Cuando el hombre no tiene a Cristo en su corazón, queda sensible al odio, al rencor y a la amargura, y todo esto encamina al hombre a pleitos, contiendas y a su destrucción.

Por lo contrario, cuando el hombre entrega su corazón a Cristo, el amor de Dios es quien domina y dirige su vida, y está dispuesto a actuar en base al amor de Dios, el cual siempre conllevará al perdón, sin importar la magnitud de la falta.

Siempre será mejor tener un corazón lleno del amor de Dios.